domingo, 28 de noviembre de 2010

La Virgen del Mar en la Guerra Civil II

El poco tiempo y mi exilio catalán no me han dejado pasar por aquí en unos días, y como auguro que esta será la temática del blog en un par de semanas aquí va un relato interesante sobre la Virgen del Mar y sus avatares durante la contienda militar del 36.

Nos ponemos en situación, Almería, Febrero de 1936, el Padre Ballarín estaba al tanto de la mala situación de la ciudad y meditó acerca de cómo poder salvaguardar la imagen de nuestra Patrona.
Cada noche guardaba la imagen de la Virgen del Mar en su celda, sustituyéndola por otra para no levantar sospechas y antes de abrir el templo por la mañana la devolvía a su sitio original.
Como la situación empeoraba,y considerando insuficiente esta primera medida, decidió la suplantación de la imagen original por otra de similares características. El P.Aguilar, procurador del Convento, a la vez que organista y Director de la “Schola cantorum” del templo, practicaba la pintura al óleo y era amigo personal del escayolista de la calle Granada,a la vez que profesor de la disciplina de “Modelado” de la Escuela de Artes y Oficios, D.Francisco Álvarez Lloret, quien, a solicitud del P.Aguilar,convino con la Comunidad un proceso a seguir,consistente en modelar a escayola el rostro de la Virgen del Mar. En varias jornadas nocturnas él y su hijo D.Francisco Álvarez Moreno reprodujeron,en la celda conventual de Ballarín,la cara de nuestra Patrona.Y tras modelar la mascarilla el P.Aguilar reprodujo al óleo su colorido.


Esta mascarilla fue acoplada a otra imagen,muy similar a la Virgen del Mar,que el Convento poseía,y que utilizaban para la procesión de la Purificación de la Virgen,en su advocación de la Candelaria, se la atavió con el mismo manto e incluso se le colocó una medalla de oro que por aquellos entonces lucía la Santísima Virgen.

Tras esto la original Virgen del Mar fue guardada en la casa de una de las camareras, historia que relaté en otra entrada.

En la mañana del 23 de Julio el templo quedó devastado, creyendo los vándalos que habían profanado y quemado la imagen de nuestra Patrona, pero gracias a la astucia del P.Ballarín y sus intentos por salvaguardar la Virgen hoy todos, pese a los avatares de la historia podemos disfrutar de ella cada vez que nos acercamos a Santo Domingo.

He de agradecer toda la información a Luisa Peral, prima hermana de mi padre, y a su vez bisnieta de Don Francisco Álvarez, quién fue participe de la realización de la mascarilla de la Santísima Virgen.

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