lunes, 2 de septiembre de 2013

Viendo los años pasar.

Parte de la fachada de la Casa-Hdad del Prendimiento, antes de la restauración.

Como las señoras mayores que suben Eduardo Pérez el domingo de corpus, como aquellas que por la mañana bien temprano van a la misa de las Puras, como los ancianos sacerdotes que bajan a la Plaza de la Catedral a dar su paseo matutino, como todos ellos que han vivido tanto, la casa que un día parecía que caería por su propio peso rejuveneció para estar en pie si cabe otros dos siglos más.

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