jueves, 13 de junio de 2013

Las cofradías y los toros.



En la intimidad  de la mañana del Martes Santo cuando la suerte está echada llegó a la Catedral de Almería Adolfo Martín Escudero, de profesión ganadero.

Lo que le movía a estar frente a la Virgen de la Merced sólo lo saben él y la Santísima Virgen de la Merced, la de Almería, podía haber sido cualquier otra, o no.

Las casualidades de la vida quisieron que el pasado 24 de Septiembre, onomástica de la Santísima Virgen redentora de Cautivos, sufriera un accidente en su ganadería, pero la Virgen de la Merced, protegiéndole bajo su manto azul lo reconfortó de tal manera que al encontrarse mejor de salud prometió desplazarse hasta a Almería para agradecerle a la Virgen la gracia concecida de recuperarse de su accidente.

En la intimidad de unos cuatro se presentó Adolfo Martín frente a la Señora y notablemente emocionado agradeció a la Hermandad la buena acogida y llevó consigo un cirio e la candelería, el que más cerquita estuvo de su bendita saya, de su bendita mano cubierta por un fino pañuelo de encaje.


Otra historia más de las cofradías y el mundo taurino.

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