lunes, 4 de julio de 2011

La Calle Real


Es verano, y como por las noches no puedo dormir, me acuerdo de la Calle Real de mi infancia, había una pescadería donde se vendía el pescado más fresco que he comido nunca,estaba al lado de la fruteria de María, que hoy regenta su hija, en frente de la Panadería, y no de Diego, sino de Pepa, que en vez de embolsar el pan, lo liaba en un papel marrón. Más abajo, la Joyería de Manolo, el joyero, prematuramente cerrada el pasado año, llegamos a Tapicería Marín, por la puerta se veía a mi abuelo Manuel, cigarrillo en mano, hablando con Paco el de los papeles. Había una tienda de pesca, Amelia creo que se llamaba la mujer, desde allí se oía la gubia de mi tio Antonio Marín, el tallista y justo en frente mi tío Miguel abrió el primer Goloso conocido en la Calle Real, antes de su actual emplazamiento, porque sí, el creador de esas grandes y ricas hamburguesas es hermano de mi madre. También había un anticuario en la misma casa donde vivía Carmen la de Guillermo que por cierto, siempre estaba en la Droguería de Conrado, que hacía esquina con Gravina, por allí andaba siempre Toñi, con su merceria, y ese perrito al que mi hermana le dió un mordisco, sí, díficil de creer, mi hermana al perro, no el perro a la niña... LLegamos a la altura de mi casa, en frente Manuel y sus ultramarinos, con una caja registradora de las antiguas y un olor a rancio que aún permanece en la esquina, aquí encima vivía Rafa el peluquero, y su perra Sara, y después Mandarina.Recuerdo el olor a madera recién lijada de la carpintería, esa que estaba en frente de la casa de Paquita, donde un día regentó un hostal, una de las habitaciones daba a mi patio, se hospedó un músico, y tocaba el saxo.
O la mítica Bodega del Patio que vemos en la fotografía... con ese olor a tasca y a señor mayor... Esta es la calle Real que yo conocí, la que me gusta recordar, esa calle por la que el Prendimiento lleva pasando 33 años seguidos, y que sean muchos más.

A todos los que algún día tuvieron la suerte de ser parte de esta calle, a Manolo, a Paco, y a tantos que un día estuvieron y ya no están.

No hay comentarios: