Ocho años después la Merced tendrá besamanos, tras un verano de debates, de apuntes en un papel, de idear el montaje adecuado para las circunstancias, pues el perfecto si Dios quiere no tendrá lugar en la Capilla del Sagrario, sino un poco más abajo.
Porque me vuelvo a ilusionar un Septiembre más, porque quiero verla frente a frente y aunque no será en la festividad de la Inmaculada como la última vez, sino el día de su onomástica, será un día para recordar, porque ocho años después podremos besar su mano.
Porque me vuelvo a ilusionar un Septiembre más, porque quiero verla frente a frente y aunque no será en la festividad de la Inmaculada como la última vez, sino el día de su onomástica, será un día para recordar, porque ocho años después podremos besar su mano.
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