Hacia años, digo años, esta pasada noche me recordó cuando todavia eramos niños correteando por el altar mayor, pero este año volvimos a ser niños de corazón, entre trabajo y trabajo nos dedicamos a investigar como nunca y disfrutar por los rincones de la Catedral. Está claro que si en un futuro la Hermandad se desplaza a su Capilla, se hecharán de menos esos muros fríos que tantas historias guardan entre ellos...Si las paredes hablaran, mas de un amor infantil, más de una pelea de lo que eramos, niños, pequeños cofrades con aspiraciones a ser alguien en la Hermandad, y ahora que tenemos un poquito de responsabilidad la amistad sigue ahí y por muchos años, como mis amigos de la Hermandad, nada, nos podremos ver solo por Semana Santa, o en otra fecha del año, pero cuando llega Cuaresma y tenemos de tantas cosas de las que hablar nos falta noche.
Fotos de lo que fue el último empujón en el montaje de Prendimiento:
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