domingo, 10 de diciembre de 2006

Un Misterio de mi Rosario


Se dice que la práctica del rosario comenzó, cuando los laicos imitaban el oficio monástico en el que los monjes oraban los 150 Salmos. Los laicos, cuya mayoría no podía leer, sustituían 50 ó 150 Ave Marías por los Salmos. Algunas veces usaban un cordón con un nudo para no perder la cuenta.
La primera clara referencia del rosario se tiene de la vida de Santo Domingo, el fundador de la Orden Dominicos. Él predicaba una forma de rosario en Francia cuando se estaba devastando la fe en ese país. La forma del rosario que se reza hoy en día se cree que viene de esta época. Por siglos los santos y los papas han recomendado con insistencia el rosario, la mejor oración de la Iglesia después de la Misa y de la Liturgia de las Horas. No es de extrañar que sus mayores promotores sean los Dominicos.
Pero a lo que iba realmente en esta entrada es a comentar que durante el transcurso del recorrido de mi hermandad si hay algo de lo que no se separa mi mano derecha es de ese bendito rosario que cada Miercoles Santo saco de la vitrina del pasillo, la cual alberga una gran colección, unos antiguos, otros más recientes.Qe por cierto cada año es diferente, unas veces azul, otras rojo, eso sí, nunca negro. Ni reloj, ni anillo, solo un trocito de pabilo y mi rosario, puedo llegar a rezarlo varias veces, aunque sin querer al echar la vista atrás pierda la cuenta y comienzo de nuevo ese eterno Ave María. Recuerdo que este año, saliendo el cautivo y quitando el "pie" del pesado Simpecado de la Merced la cruz del rosario quedó enganchada y junto a unas cuentas se cayeron al suelo, pude arreglarlo, pero la cruz se quedo en alguna calle llena de incienso y cera, supongo que alli estaria mejor que en la vitrina junto a los otros.
Para este 2007 guardo uno en especial, aquel que sera testigo de mis Gloria al Padre y Ave Marías.

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